Celebramos como Iglesia, todavía dentro del tiempo de la Navidad, la solemnidad de la Epifanía del Señor, que significa la manifestación del Hijo de Dios al mundo. Esta fiesta, que tradicionalmente se conoce como "el día de los Reyes Magos", ya que fue el momento en que estos sabios, reconociendo los signos de Dios, llegan a su encuentro, nos invita a estar abiertos para reconocer la grandeza de Dios en la sencillez de las acciones con las que nos manifiesta su amor, de manera muy especial con la llegada de su Primogénito. El camino que los sabios de oriente siguen, guiados por una estrella, es signo del camino que la humanidad recorre para encontrarse con Dios. En esta fiesta, encontramos un triple significado: Es una FIESTA DE LUZ, porque Dios ilumina a todos los pueblos manifestando la salvación. Es una FIESTA DE LA CIENCIA, porque los sabios y entendidos escuchan, dócilmente, el mensaje que Dios les dirige en su propio lenguaje, y es una FIESTA DE LA FE, porque vemos cómo todas las cualidades de la fe se hacen presentes en esta celebración. Invito a todos los fieles para que hagamos de esta celebración navideña, un momento de encuentro con Dios, a través de los hermanos, disponiéndonos de corazón a escucharlo, y así discernir eficazmente los mensajes que él nos manifiesta en la creación. Asimismo, dentro de las celebraciones por la Navidad, deseo invitar a la comunidad para que el próximo sábado 11 de enero, en la Basílica del Roble, a las 10:00 a.m., participemos de la alegría de la ordenación de un nuevo Diácono para el servicio de nuestra Iglesia, así como la institución, en los ministerios laicales, de algunos alumnos de nuestro Seminario y la imposición de sotana de los alumnos de reciente ingreso. También, el día de mañana, lunes 6 de enero, a las 7:00 p.m., celebraré la Eucaristía en nuestra Catedral, para celebrar el 80 aniversario de la llegada al cielo del Padre Raymundo Jardón, sacerdote que sirvió muchos años a nuestra Iglesia de Monterrey y cuya causa de beatificación está en proceso. Deseo, para finalizar, hacer un llamado especial a todos los ciudadanos para que, una vez que retomemos las actividades cotidianas, después de estos días de vacaciones, no olvidemos la importancia de hacer presente a Dios y que pidamos su luz para tomar buenas decisiones. Somos conscientes de las dificultades que se presentan en este mes con la famosa "cuesta de enero", pero no debemos olvidar que el esfuerzo cotidiano y la solidaridad serán normas efectivas que contribuirán a desarrollarnos mejor.
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