15 de diciembre/ 2014
Comunicado de prensa
Asunto: TIEMPO DE COMPARTIR CON ALEGRÍA
La cercanía de las fiestas de la Navidad, mueven nuestro corazón al deseo de compartir con los seres queridos algún detalle especial que les recuerde el cariño que les tenemos. Esta buena tradición, debemos extenderla para con todos aquellos que, por diversas circunstancias, se encuentran solos y tal vez estén pasando por un momento de depresión, o están enfermos, encarcelados o alejados de sus familias.
No dejemos que la mercadotecnia propia de estos días nos envuelva, y haga que nos olvidemos de lo esencial: celebrar con alegría el nacimiento del Hijo de Dios.
La gran cantidad de eventos sociales en los que nos vemos comprometidos, nos pueden llevar a creer que eso es la Navidad, y no, eso es solo una parte de lo que realmente significa esta fecha. Si bien la Navidad nos invita a festejar con alegría, esa alegría debe estar cimentada en la invitación que los ángeles hicieron los pastores para ir a encontrarse con el Niño Jesús en Belén.
Muchas de las reuniones decembrinas suelen ser llamadas posadas, pero no debemos olvidar que es muy diferente una reunión navideña a una posada.
La primera suele dejar fuera el momento de oración y reflexión, centrándose solo en la convivencia entre amigos. La segunda, es la oportunidad para recordar el peregrinar de María y José quienes, una vez que encontraron posada, recibieron a Jesús, quien es el que da sentido pleno a la reunión.
Procuremos que nuestras posadas, que tradicionalmente inician este próximo 16 de diciembre, sean un espacio de auténtica convivencia cristiana, en donde la alegría de compartir no se limite a "dar regalos", sino que nos motive a convertirnos en un verdadero regalo para quienes están a nuestro lado, sirviéndolos de corazón y comprometiéndonos a ir a los más alejados, a quienes debemos darles posada perenne en nuestras vidas.
Invito, desde la caridad, para que celebremos con dignidad, y tomemos las precauciones necesarias para evitar que este tiempo de alegría en el compartir, se convierta en un tiempo de tristeza por el descuido y los excesos que se presentan en este tiempo.
Finalmente, deseo felicitar a los jugadores que hoy disputan la final del torneo de fútbol mexicano, pido a los seguidores de ambos equipos que no olviden que este evento deportivo debe vivirse siempre en un ambiente sano y festivo, unidos a la familia y a los amigos.
+ Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Pbro. Juan José Martínez Segovia
Departamento de Comunicación
Comunicado de prensa
Asunto: TIEMPO DE COMPARTIR CON ALEGRÍA
La cercanía de las fiestas de la Navidad, mueven nuestro corazón al deseo de compartir con los seres queridos algún detalle especial que les recuerde el cariño que les tenemos. Esta buena tradición, debemos extenderla para con todos aquellos que, por diversas circunstancias, se encuentran solos y tal vez estén pasando por un momento de depresión, o están enfermos, encarcelados o alejados de sus familias.
No dejemos que la mercadotecnia propia de estos días nos envuelva, y haga que nos olvidemos de lo esencial: celebrar con alegría el nacimiento del Hijo de Dios.
La gran cantidad de eventos sociales en los que nos vemos comprometidos, nos pueden llevar a creer que eso es la Navidad, y no, eso es solo una parte de lo que realmente significa esta fecha. Si bien la Navidad nos invita a festejar con alegría, esa alegría debe estar cimentada en la invitación que los ángeles hicieron los pastores para ir a encontrarse con el Niño Jesús en Belén.
Muchas de las reuniones decembrinas suelen ser llamadas posadas, pero no debemos olvidar que es muy diferente una reunión navideña a una posada.
La primera suele dejar fuera el momento de oración y reflexión, centrándose solo en la convivencia entre amigos. La segunda, es la oportunidad para recordar el peregrinar de María y José quienes, una vez que encontraron posada, recibieron a Jesús, quien es el que da sentido pleno a la reunión.
Procuremos que nuestras posadas, que tradicionalmente inician este próximo 16 de diciembre, sean un espacio de auténtica convivencia cristiana, en donde la alegría de compartir no se limite a "dar regalos", sino que nos motive a convertirnos en un verdadero regalo para quienes están a nuestro lado, sirviéndolos de corazón y comprometiéndonos a ir a los más alejados, a quienes debemos darles posada perenne en nuestras vidas.
Invito, desde la caridad, para que celebremos con dignidad, y tomemos las precauciones necesarias para evitar que este tiempo de alegría en el compartir, se convierta en un tiempo de tristeza por el descuido y los excesos que se presentan en este tiempo.
Finalmente, deseo felicitar a los jugadores que hoy disputan la final del torneo de fútbol mexicano, pido a los seguidores de ambos equipos que no olviden que este evento deportivo debe vivirse siempre en un ambiente sano y festivo, unidos a la familia y a los amigos.
+ Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Pbro. Juan José Martínez Segovia
Departamento de Comunicación
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