El pasaje del Evangelio que escucharemos este domingo relata lo que hace Jesús en un día, de la sinagoga se va a la casa de Pedro, ahí, cura a la suegra de éste; al atardecer, le llevan enfermos y endemoniados y al amanecer se retira a la oración. Su misión la fundamenta en la oración, con eso inicia su día. Una jornada larga requiere un tiempo largo de oración, eso hace Jesús, por eso madruga: "muy de madrugada, cuando aún no amanecía, Jesús se levantó, salió, se fue a un lugar aparte y allí se puso a orar" (Mc 1, 35). ¿Cómo organiza Jesús su día? Después de la oración, sigue la enseñanza; la segunda actividad la realiza en la sinagoga. La enseñanza de Jesús va unida a la acción, pero brota de la oración; como escuchábamos la semana pasada que en la sinagoga expulsó un espíritu impuro (cfr. Mc 1,23). El Concilio Vaticano II en la Constitución que habla de la Palabra de Dios, Dei Verbum, dice: "el plan de la revelación se realiza por obras y palabras intrínsecamente ligadas, las obras que Dios realiza en la historia de la salvación manifiestan y confirman la doctrina y las realidades que las palabras significan; a su vez, las palabras proclaman las obras y explican el misterio" (DV 2). La oración nos acerca a los demás. De la experiencia de encuentro con Cristo surge la cercanía y simpatía para con los otros, de manera que, un buen apostolado o pastoral para que sea fecundo es indispensable estén unidos a Cristo, como lo dice Jesús en el Evangelio de san Juan, "el que permanece en mi y yo en él, ese da mucho fruto, porque separados de mí no pueden hacer nada" (Jn 15, 5), el diálogo continúo con el Señor nos hace por tanto, disponibles para los otros, es lo que san Pablo testimonia: "Me hice débil con los débiles, para ganar a los débiles. Me hice todo para todos con tal de salvar a toda costa a algunos. Todo lo hago por el Evangelio, para participar de sus bienes con ellos (1 Cor 9, 22-22). ¿Cuál es tu misión en la comunidad? ¿Qué tanto tiempo dedicas en tu día a la oración? Cualquiera que sea tu misión en la comunidad es muy importante la oración, la fecundidad de tus actividades depende de esto. Sin la oración una actividad puede ser una obra social pero no eclesial; por supuesto que está bien y es muy bueno hacer obras sociales, ser solidarios, compartidos, ayudar y socorrer a los que menos tienen, sin duda, que eso está muy bien, pero el sello distintivo del cristiano consiste en hacerlo por Cristo y para Él. No solo la misión nos exige la oración, la vida, nuestra existencia sobre la tierra está marcada por la relación con Dios. Job compara la vida con el servicio militar, con el jornalero y esclavo, y se da cuenta que en esta vida todo es una "paga inútil" (Job 7, 3) si con Dios no le damos un sentido, y le dirige a Dios esta súplica: "Recuerda que mi vida es un soplo, que mis ojos no volverán a ver la dicha" (Job 7, 7). Job se refiere a está vida, –pues para aquel tiempo aún no había la esperanza en la vida eterna– siglo V-IV a.C. Pbro. Lic. Marcos Montealvo Veras Vicerrector Reflexión del Domingo V Tiempo Ordinario – Ciclo B Job 7, 1-4.6-7; 1 Cor 9, 16-19.22-23; Mc 1, 29-39 7 de febrero de 2021 |
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