domingo, 7 de abril de 2013

Comunicado de prensa: "La misericordia del Señor es eterna" Salmo 117

7 de abril / 2013
Comunicado de prensa
Asunto: "La misericordia del Señor es eterna" Salmo 117
El beato Juan Pablo II, en el año jubilar 2000, estableció la fiesta que
celebramos el día de hoy: "La Divina Misericordia". Considero importante, y
necesario, que retomemos en nuestra vida las enseñanzas que nos deja esta
celebración.
Tal vez para muchos, en estos tiempos, se sienta lejano el verdadero
significado de esta acción que todo cristiano debe vivir y que nos viene del
mismo Dios.
Hablar de misericordia es hablar del mismo Creador de todos, de Dios, quien,
a pesar de nuestras debilidades, no se cansa de manifestarnos, en todo
momento, su amor. Este amor en singular que debe llevarnos a pluralizarlo,
ha compartirlo con los demás, y mostrarles que ellos también son amados por
Dios.
Vivir la misericordia no debe significar, en ningún momento, que sintamos
"lástima" por el prójimo, sino que aprendamos a "ponernos en sus zapatos" y
buscar, de alguna forma, vivir lo que ellos están viviendo, compartiendo
nuestra fe y apoyándoles a salir adelante en los momentos difíciles por los
que puedan estar pasando.
Dice el beato Juan Pablo II en su Encíclica sobre la Divina Misericordia:
"La Iglesia proclama la verdad de la misericordia de Dios, revelada en
Cristo crucificado y resucitado, y la profesa de varios modos. Además, trata
de practicar la misericordia para con los hombres a través de los hombres,
viendo en ello una condición indispensable de la solicitud por un mundo
mejor y «más humano», hoy y mañana. Sin embargo, en ningún momento y en
ningún período histórico, especialmente en una época tan crítica como la
nuestra, la Iglesia puede olvidar la oración que es un grito a la
misericordia de Dios ante las múltiples formas de mal que pesan sobre la
humanidad y la amenazan" (Dives in misericordia 15).
Por lo anterior, deseo invitar encarecidamente a toda la comunidad para que
nos dejemos abrigar por la infinita misericordia de Dios, por ese amor que
todo lo puede, que todo lo perdona. Les exhorto a que nos desperdiciemos el
tiempo en conflictos innecesarios, en seguir guardando rencores, que lo
único que logran es enfermar y hacer que los demás enfermen, y que nos
dispongamos a buscar la solución de todo aquello que nos mantiene
esclavizados en la reconciliación con Dios, con nuestro prójimo y con
nosotros mismos. La Misericordia de Dios es para todos, hagámosla nuestra, y
aprovechemos las bendiciones que sólo Él nos puede dispensar.
Quiero invitarles también a que ofrezcan sus oraciones por la Asamblea
Plenaria de los Obispos de México que iniciamos el día de mañana, 8 de
abril, y concluiremos, Dios mediante, el viernes 12. Esta es una reunión
ordinaria, de las dos que tenemos al año, en la que trataremos diversos
temas para bien de nuestra Iglesia mexicana.
+ Mons. Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Pbro. Juan José Martínez Segovia
Departamento de Comunicación

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