RECONOCER LA DIGNIDAD E IMPORTANCIA DE LA MUJER
"La Iglesia es femenina"
Papa Francisco
Las mujeres de hoy tienen una concepción más clara y profunda de su ser mujer. Ellas buscan confirmar su libertad y superar los obstáculos que impiden el sano desarrollo de sus potencialidades. No solo son abuelas, madres, esposas, hermanas, sino también profesionistas, consagradas, activistas, militantes en diferentes organizaciones, ciudadanas, etc.
Desde nuestra fe, reconocemos que entre esas potencialidades son fundamentales los dones del Espíritu Santo, que asiste a cada bautizada para que pueda realizar su llamado a la santidad, su vocación específica y para colaborar en el desarrollo de la humanidad y de cada sociedad, así como en el desarrollo de la tarea evangelizadora de la Iglesia. Por ello, también creemos que la riqueza carismática de la mujer es un don para la sociedad y para la Iglesia que hay que reconocer cada vez más amplia y profundamente en cada etapa de la historia.
Este desarrollo integral de la mujer requiere el reconocimiento de su dignidad como persona y como hija de Dios, siempre en relación consigo misma, con Dios, con las otras personas, con la casa común y con la historia.
Necesitamos también reconocer la legitimidad de sus sueños, de imaginar lo que podrían lograr cuando ejerzan sus capacidades por sí mismas, sin las injustas expectativas de los demás y con una cada vez mayor conciencia del valor de su ser como mujeres.
Nos condolemos de cada ocasión en que una mujer es tratada con violencia y reconocemos con admiración a quienes han luchado, muchas sacrificando su vida y otras soportando despiadadas adversidades, por lograr un trato más justo para todas. Lamento todavía más cualquier acto de discriminación y violencia contra las mujeres que se haya realizado en nuestras instituciones arquidiocesanas.
La Iglesia quiere ayudar a un conocimiento más profundo de la riqueza del ser de la mujer, que, unida a la riqueza del ser del varón, manifiesta la plenitud de ser personas y de ser hijos de Dios. Solo juntos, mujeres y hombres, pueden emprender el camino a una sociedad más justa y más fraterna, sobre todo dando testimonio del amor de Dios por el ser humano, manifestado en Cristo, en quien tanto la mujer como el varón aprenden juntos que el camino hacia la plenitud de la vida es el servicio en el amor, ejercido de manera insigne en el amor y servicio a los más necesitados, en la protección de nuestra casa común y en el cuidado de la fragilidad de la vida humana.
Conscientes del momento de la historia que vivimos en relación con el reconocimiento de la dignidad de la mujer en la sociedad y en la Iglesia, en la Arquidiócesis de Monterrey hemos acogido la solicitud del Magisterio de los Sumos Pontífices, que nos han pedido fomentar esta conciencia en todos los feligreses y en reconocerlo de manera efectiva, valorando las cualidades de la mujer en la pastoral y depositando en ella facultades de decisión en diversos ámbitos de la vida de la Iglesia.
A partir de las reflexiones del Primer Encuentro con las Mujeres de la Arquidiócesis de Monterrey, hemos creado el Consejo Pastoral de Mujeres que tiene como objetivo estudiar, discernir y sugerir acciones pastorales desde su ser mujeres, acompañando a un servidor, y a toda la Iglesia de Monterrey, de manera que las decisiones en el cuidado pastoral sean cada vez más y mejor enriquecidas con su visión.
Reconocemos y alentamos el liderazgo pastoral que las mujeres realizan en los diversos ámbitos pastorales, tanto en la esfera arquidiocesana como decanal y parroquial.
En este año 2021, queremos dar un paso más para seguir fomentando este reconocimiento efectivo de la dignidad de la mujer. Por ello:
- Durante la Semana Santa, será un grupo de mujeres el que predicará durante los días previos al Triduo Pascual, incluso una de ellas predicará en el retiro sacerdotal previo a la Misa Crismal.
- He pedido a nuestro Centro Pastoral de Investigaciones la realización de una investigación sobre la situación de la mujer en la actualidad de nuestra Arquidiócesis, con el fin de responder de manera más efectiva y colaborar en la búsqueda de una mejor atención a sus necesidades.
- Estableceré próximamente la Escuela de Ministerios Laicales, con el fin de que también las mujeres puedan recibir la específica formación en los ministerios de lector y acólito, como agentes pastorales de la Palabra y la vivencia de la Eucaristía.
- Agregaré al Departamento de Vida Consagrada la participación de miembros de las Comunidades Femeninas en el Consejo Coordinador.
- He indicado la realización de un Congreso Arquidiocesano sobre la Dignidad de la Mujer que ayude a la comprensión y más clara conciencia de esta, así como la realización de una Jornada Arquidiocesana por la Dignidad de la Mujer en torno a la Fiesta de Nuestra Señora del Roble.
- Celebraremos, el lunes 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, una Sagrada Eucaristía junto a nuestras colaboradoras de la Curia Arquidiocesana, en la que pediremos por todas las mujeres que dignifican, con su ser, a la humanidad entera, en especial por quienes han fallecido a lo largo de la pandemia, y por quienes continúan enfermas de Covid19, así como por toda la Iglesia y sociedad para dar un paso en la comprensión de sus búsquedas para aprender a amarlas y acompañarlas a ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo
Pido a la Virgen del Roble que nos cubra con su manto, y que nos ayude a reconocer cada día más la dignidad e importancia de la mujer en la Iglesia y en la sociedad.
+ Rogelio Cabrera López
Arzobispo de Monterrey
Pbro. F. Javier De la Torre Castaño
Secretario – Canciller
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